¿Le pusiste los cuernos a tu marido con un hombre casado? Pues me pongo cachondo.
| 7,4/7,5 | 2x05: 205
| 6,9 | 2x06: 206
| 7,3 | 2x07: 207
De los tres episodios que tenía pendientes de The Affair, 205 es el mejor. En él, Alison se ve a través de los ojos otros dentro de su propia perspectiva: como promiscua roba maridos, como ayudante-calentón y todavía más como una versión sexualizada de si misma en el libro de Noah. She's sex. She's the reason the word was invented. No marriage could survive her. Su propio prometido la pinta como una buscona que no le dejó otra opción, y una Alison más perdida que nunca, que solo busca un lugar en el mundo en que ser feliz, se da cuenta de que todos intentan encasillarla en una posición mucho menos compleja o profunda de lo que se merece. Por otra parte tenemos a Cole. Su relación con Alison me parece mucho más interesante que la de Noah y Helen porque la de éstos últimos es la típica historia de un matrimonio cansado de la rutina pero que lo tiene todo, mientras que los anteriores lo tenían todo hasta que la tragedia se lo llevó por delante (disfrutaría mucho más si la historia fuera abocada a la unión de Alison y Cole). Cole es un hombre que siente y se expresa incluso a través de su ruda barba y sus ojeras. Y es lo que hace en su reveladora conversación con Luisa, que tendrá consecuencias más que positivas para el personaje.
206 tiene mucho menos sentido. The Affair tuvo problemas antes de poder disfrutar lo buena que era y en gran parte es por su estructura de doble perspectiva, que no supieron llevar bien. Ahora mismo la serie ha de mover tantas piezas que no se mueve por voluntad propia. En éste episodio la primera parte se centra en los problemas de salud del hijo de Noah y, tras una visible reconciliación entre él y Helen, termina en una muy satisfactoria ruptura entre la ex-mujer de éste y su venenosa y vengativa madre. Adios al cuervo, que vuele lejos. Pero entonces comienza la segunda parte. Y ahí la liamos. Primero Noah está super-feliz, llega al campamento-secta en que está Alison y espera que ella esté dispuesta a dejarlo todo (que no es mucho) para irse con él tras ¿¿semanas?? sin saber si siquiera seguían juntos. La discusión en que Alison le encara con toda su rabia contenida es maravillosa. Pero nos hemos de quedar con Noah, que pasea su culo snob y su portátil por todo el lugar, evidentemente perturbado por un sitio donde todos son como la loca de Athena... hasta que se encuentra con su escritor favorito y decide... probar el Reiki. ¿Sentido? 0,1. Y entonces hay una escena que encaja más con una dramedy feel-good de las que funcionan tan bien en los Oscar que con el drama súper-sombrío de ésta serie. A continuación Noah se ralla y encuentra a Alison. Ambos tienen un sexo que es consensuado de aquella manera pero demasiado desagradable para disfrutarlo como espectador y Alison revela que está embarazada, lo que lleva a Noah a... matarla en su novela? Tras semejante berenjenal, lo único que me apetecía era escapar ésta serie y su situación actual. Y The Affair parece suficientemente inteligente como para hacerme caso. De hecho todo en el episodio parecía abocado a una ruptura. La reconciliación de Noah y Helen es un cierre y el embarazo de Alison una situación límite que exige un salto al futuro. Tras tanto lío, la serie hace un flash-forward tan necesario como el oxígeno.
Lo que nos lleva al 207. El salto temporal le ha sentado bien a la serie. Alison, muy embarazada, tiene que convivir con la nueva realidad de Noah, en la que todo se adapta a él, cosa cada vez más común en la serie. Pero tras una serie de desplantes por su parte, Alison llega al límite con la ficcionalización pública de su vida privada. Su pelea en la mesa de Acción de Gracias es una maravilla y Ruth Wilson un pedazo de actriz. No es solo su calidad, sino su voz, su marca distintiva, sacan del papel cosas inesperadas. Y luego está Cole, de nuevo la estructura que funcionó en el 205. Tras varios meses con Louisa, es Acción de Gracias para él también. Su situación, más sombría que la de su ex, queda enmarcada por una declaración que no se esperaba -y no lleva nada bien- y el descubrimiento del podrido pasado de su familia, que le lleva a dar un salto hacia delante y aventurarse a crear algo bueno y positivo con su vida, buscando a una ofendida Louisa y arreglándolo con ella. Ambos cambios me han gustado mucho y, aunque intento no prestar mucha atención a la trama criminal, espero que sean capaces de sobrevivir a algo que no me cuadra nada; Alison embarazada de Scott? No, por favor.
De los tres episodios que tenía pendientes de The Affair, 205 es el mejor. En él, Alison se ve a través de los ojos otros dentro de su propia perspectiva: como promiscua roba maridos, como ayudante-calentón y todavía más como una versión sexualizada de si misma en el libro de Noah. She's sex. She's the reason the word was invented. No marriage could survive her. Su propio prometido la pinta como una buscona que no le dejó otra opción, y una Alison más perdida que nunca, que solo busca un lugar en el mundo en que ser feliz, se da cuenta de que todos intentan encasillarla en una posición mucho menos compleja o profunda de lo que se merece. Por otra parte tenemos a Cole. Su relación con Alison me parece mucho más interesante que la de Noah y Helen porque la de éstos últimos es la típica historia de un matrimonio cansado de la rutina pero que lo tiene todo, mientras que los anteriores lo tenían todo hasta que la tragedia se lo llevó por delante (disfrutaría mucho más si la historia fuera abocada a la unión de Alison y Cole). Cole es un hombre que siente y se expresa incluso a través de su ruda barba y sus ojeras. Y es lo que hace en su reveladora conversación con Luisa, que tendrá consecuencias más que positivas para el personaje.
206 tiene mucho menos sentido. The Affair tuvo problemas antes de poder disfrutar lo buena que era y en gran parte es por su estructura de doble perspectiva, que no supieron llevar bien. Ahora mismo la serie ha de mover tantas piezas que no se mueve por voluntad propia. En éste episodio la primera parte se centra en los problemas de salud del hijo de Noah y, tras una visible reconciliación entre él y Helen, termina en una muy satisfactoria ruptura entre la ex-mujer de éste y su venenosa y vengativa madre. Adios al cuervo, que vuele lejos. Pero entonces comienza la segunda parte. Y ahí la liamos. Primero Noah está super-feliz, llega al campamento-secta en que está Alison y espera que ella esté dispuesta a dejarlo todo (que no es mucho) para irse con él tras ¿¿semanas?? sin saber si siquiera seguían juntos. La discusión en que Alison le encara con toda su rabia contenida es maravillosa. Pero nos hemos de quedar con Noah, que pasea su culo snob y su portátil por todo el lugar, evidentemente perturbado por un sitio donde todos son como la loca de Athena... hasta que se encuentra con su escritor favorito y decide... probar el Reiki. ¿Sentido? 0,1. Y entonces hay una escena que encaja más con una dramedy feel-good de las que funcionan tan bien en los Oscar que con el drama súper-sombrío de ésta serie. A continuación Noah se ralla y encuentra a Alison. Ambos tienen un sexo que es consensuado de aquella manera pero demasiado desagradable para disfrutarlo como espectador y Alison revela que está embarazada, lo que lleva a Noah a... matarla en su novela? Tras semejante berenjenal, lo único que me apetecía era escapar ésta serie y su situación actual. Y The Affair parece suficientemente inteligente como para hacerme caso. De hecho todo en el episodio parecía abocado a una ruptura. La reconciliación de Noah y Helen es un cierre y el embarazo de Alison una situación límite que exige un salto al futuro. Tras tanto lío, la serie hace un flash-forward tan necesario como el oxígeno.
Un brindis por Noah, egocéntrico mierda-marido y co-protagonista de The Affair
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