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domingo, 29 de marzo de 2015

Crítica de TWO DAYS, ONE NIGHT / DEUX JOURS, UNE NUIT (Jean-Pierre & Luc Dardenne, 2014)

+Who?
-That bird singing...


Director: Jean-Pierre & Luc Dardenne

Reparto: Marion Cotillard, Fabrizio Rongione, Olivier Gourmet, Pili Groyne, Simon Caudry, Catherine Salée, Batiste Sornin.

Argumento: Recién recuperada de una larga depresión, Sandra está preparada para volver a su trabajo solo, solo para descubrir que la empresa ha hecho elegir a sus compañeros entre mantener su puesto o quedarse con sus primas. Apoyada por su marido, tiene un fin de semana para llamar puerta por puerta y convencerles de que voten por ella en una batalla que le enseñará lo fuerte que puede llegar a ser.

Crítica: Marion Cotillard es y será siempre mi actriz favorita. Me enamoré de ella con su increíble interpretación en La Vie en Rose y he visto casi todo lo que ha hecho (exceptuando Batman) en los años siguientes. Amante del enemigo público número uno, brillante en la turbulenta Nine, encantadora en la gran Midnight in Paris, femme fatale para las pesadillas de Leonardo DiCaprio, doctora a ratos en Contagion y recuperada y revalorizada de nuevo por el cine francés en su interpretación injustamente no nominada al Oscar por Rust and Bone. 2014 ha sido un gran año para ella; en la lenta pero magistral The Immigrant (patada en la cara a Weinstein por meterla en un cajón y no acordarse de ella) tiene su primer papel protagónica en una cinta americana y en Two Days, One Night da quizás su mejor interpretación hasta la fecha.


Digo quizás porque su Edith Piaf es difícil de olvidar, porque su Ewa Cybulska es magnífica, porque aunque la academia no lo viera, su trabajo en la cinta de Jacques Audiard es muy bueno (y una delicia revisionarlo una y otra vez). Su interpretación en Dos Días, Una Noche no tiene un acento polaco, ni pelucas ni látex y viene con dos piernas para caminar de puerta a puerta, pero aún siendo el más emocionalmente restringido es el más maduro de su carrera. Es el sitio al que llegas cuando interpretas por dentro y se muestra por fuera. Y quizás por eso es su trabajo con más fuerza y calidad. El más sobrio y el más duro. No el más disfrutable, pero tiene un par de escena que vería hasta la saciedad; cuando se exige a si misma no llorar ante el espejo y la que encabeza esta entrada, comiendo un helado, y pidiendo alas para volar lejos de todo.


Algo que casi hace en esta obra de auto-redención, que los Dardenne firman absolutamente fuera de juicios morales y que Cotillard eleva más allá de curiosidad cinematográfica. Ni Sandra es la víctima ni sus compañeros los verdugos, pero nuestra protagonista es la heroína de su propia historia y las últimas escenas son su victoria personal. Su batalla no es contra la gente que necesita el dinero tanto como ella, sino contra sus propias inseguridades y miserias. Se derrumba y se levanta y su dignidad pende del hilo que la película lucha por no cruzar durante su hora y media de metraje, pero al final logra las alas que ansiaba y vuela de vuelta a sí misma.

"Manu? Are you there? We put up a good fight. I'm happy. Me too."

~8~

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Aquí tenéis la crítica. Perdón si hay mucha admiración por Marion, pero es que lo hace demasiado bien. Nos vemos! :)

*Actualización!*: Ayer se me olvidó dejaros la canción que sale en la escena del coche (si la habéis visto, sabréis cuál os digo). Se llama La Nuit N'en Finit Plus y la tengo enganchada desde que la escuché. Es triste y alegre a la vez de esa forma en que los franceses saben hacer las cosas. Os la dejo para que la escuchéis ;)


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