Como ayer vagueé tanto como pude y más, hoy no veréis la entrada semanal hasta más tarde porque antes vienen esta y la de Broad City. Pero no sufráis, todo a su tiempo. Ahora, Girls.
GIRLS
Recuerdo que cuando comencé Girls, whatsappeé a una amiga diciéndole que se la viera porque necesitaba tener una opinión externa para saber si no me gustaba nada o me tenía enganchado. Cada capítulo que veía me quedaba más claro que tanto Hannah como sus amigas (pero especialmente la protagonista) son de lo más hedonista, egocéntrico y ególatra que he visto en una serie desde la Rachel de Lea Michele. Pero cada vez que terminaba un episodio lleno de frases como "me gustaría tener SIDA", "tengo pre-cáncer", o la famosa línea que encabeza esta entrada, no podía dejar de sentir que quería ver otro. Así fui viendo la primera temporada, hasta el último episodio, que me encantó y que hizo que las cosas encajaran para mi.
Girls no es una serie sobre protagonistas que saben lo que hacen, que hacen lo mejor para sus amigas o que actúan siempre de forma desinteresada, sino todo lo contrario. Es una serie sobre mujeres y quienes les rodean, pero son mujeres que se equivocan, y mucho. Son mujeres que solo se ven a si mismas y que pueden estar muy unidas en una escena y no tragarse a la siguiente (dinámica muy presente en esta última temporada). Es una serie que hay que ver sabiendo que la persona más crítica de sus personajes es su propia creadora y que, aunque le de alas a sus creaciones para deambular por la media hora de capítulo de la forma más hedonista y autocomplaciente posible, lo hace siempre con la capa de auto-crítica suficiente para que sepas que por una vez la cosa no va de gente que actuará de forma recta y precavida, sino de veinteañeras que tienen mucho que aprender sobre el mundo y si mismas.
Y eso es muy refrescante. Más aún porque las protagonistas son mujeres, no hombres. El anti-héroe está ya en al médula del seriéfilo actual, pero los personajes femeninos todavía tienen que ser intachables Leslie Knopes o dulces Jessica Days. Gracias a series como Orange is the New Black o Broad City, comenzamos a ver personas en vez de cánones, y Girls es la cumbre del "me la pela la forma en la que se supone que he de escribir mis personajes". Hannah, Shoshanna y Jessa se la pegan una y otra vez, se suenan los mocos en la bañera, tienen el cuerpo de cualquier mujer que te puedas encontrar por la calle y seguramente no saben muy bien lo que están haciendo todavía, pero ¿quién lo sabe? La promesa de que el camino será mucho más entretenido que el lugar donde quieran llegar ilumina la serie capítulo tras capítulo. De hecho, el personaje más "clásico" de las cuatro amigas (Marnie, rica, guapa, lista, delgada...) es también el más insoportable. Nadie quiere a Marnie, ni siquiera Lena Dunham
¿Véis? Es tonta. Es la Laurel Lance de la comedia actual.
Por supuesto Girls no es una serie "fácil". Cuando digo que sus personajes pueden ser insoportables es porque hay momentos en que la indulgencia es muy grande y querrías que se sacaran la cabeza del culo para ver un poco que el mundo no gira a su alrededor. Pero a medida que la ves te das cuenta de que cuanto más grotesca la situación planteada, más perspicaz y reflexiva es. Y también más divertida. Girls es una locura en la que casi todo vale y puede pasar, pero de forma invisible acata unas normas transparentes que le dan lógica y en sus mejores episodios es simplemente intachable. Sin tintas medias, sin censuras. Y aunque no sea una comedia de las de risas de lata, también es de lo más realista (a su forma) que había en emisión cuando se estrenó (creo que Broad City le gana ahora). Es algo difícil de explicar, oiréis muchos "Lena Dunham reescribe las normas de la comedia actual", pero a la hora de la verdad yo creo que la clave es simplemente que Dunham escribe personajes reales, con sus inseguridades y egos, con sus expectativas e incertezas, y luego usa cada gota de imaginación que tiene para que la espiral de posibilidades en la que viven se retuerza y se retuerza sin nunca romperse.
*Bonus de Jessa porque últimamente la hecho de menos y es la que más veces la clava, aunque también la que más pirada está.
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Y hasta aquí. No os he hablado de temporadas completas porque es muy difícil encuadrar la serie por tramas (o hablar de ella en general, no se si le habré hecho demasiada justicia), pero creo que la primera y la segunda son mis temporadas favoritas. Y las más desquiciadas. La tercera tiene capitulazos y capitulillos. Ahora estamos en la cuarta, que comenzó muy floja, pero que está teniendo una racha bastante buena. Lástima que se acabe la semana que viene...
Bueno, velocité que aún me queda mucho por escribir hoy. Hasta la próxima!
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