Crónicas Estudiantiles III: Ese momento incómodo en que te das cuenta de que tu vida es un infierno, 2º de Bachillerato está acabando contigo y odias a todos los profesores por igual

¡Hello, motherfuckers! Es decir... *Voz Enigmática* Bueno, followers míos... ¿han dejado de gritar los corderos? ¿No? Bueno, no pasa nada, ya se cansarán. Anyway, como habréis podido ver, esta semana apenas he podido publicar (a excepción de mi cita semanal con los Jueves Seriéfilos). ¿El porqué? Segundo de Bachiller. ¡Sí! Estáis ante una de mis famosas entradas de... ¡Crónicas Estudiantiles! *Gritan de emoción* El caso es que a modo de desfogo personal por lo estresante que se está volviendo mi vida, hoy os vengo a hablar de ello. Obviously, mi vida escolar da para muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuchas y muchas entradas, pero hoy comenzaremos con una de mis facetas favoritas; el asesinato involuntario de profesores. ¿No sabéis lo que es? Os pongo un ejemplo:

-Profesor x: Os voy a poner doscientos trabajos para Semana Santa para que no podáis ver la luz del Sol.

-Domive: Vale. Lo acepto como la persona civilizada y sensata que soy.

...

...

+Policia: Así que el profesor se cayó sin querer por la ventana ¿no?

-Domive: Sip.

+Policia: ¿Cuántas veces?

-Domive: Diecisiete.

Y es que si hay algo que me gusta hacer en clase (a parte de jugar con el móvil de escondidas colocando estratégicamente la carpeta encima de la mesa) es desearle la muerte a mis profesores de forma cruel y violenta. Y os diréis: Pues qué mala gente es Domive! Pero no es mi culpa! Es una relación tóxica que he ido desarrollando a través de los años y que algún día me convertirá en un asesino en serie. Los muy majos se dan cuenta de que tienes ¡10 días! de fiesta (Semana Santa, como vacaciones, es una mierda) y se creen que eso es jauja. Ala! Un global de seis temas de química! Y trabajos que no falten, no se vayan a aburrir en casa! Si es que no es yo no sea buena gente, es que no me dejan ser! (Yo soy buena persona, lo que pasa es que no ejerzo). En la vida de todo profesor siempre hay ese momento en que se dan cuenta de que sus alumnos tienen tiempo libre y se le va la olla con los deberes. En su mente, joderte la vida por la mitad es algo así como...

Y claro, pues ya los odias pero porque ya no hay ninguna opción más! Aunque tú en realidad seas una alma cándida y buena de esas que dan dinero a misa (¡pero si tu no vas a misa!) y donan sangre (¡pero si a ti no te dejan donar sangre porque no llegas al mínimo peso exigido!). Luego está, claramente, el odio más inevitable que supone que el profesor sea un cabronazo ya de por sí. De esos en mi instituto los hay a pares. Levantas una piedra y te sale uno. Tenemos una variedad asombrosa: el profesor de catalán que no ha dado clases en todo el curso, el de castellano que te dice que te resumas todo el libro mientras él se pone a hablar de la Esteban, el motherfucker de filosofía (al que odias because of reasons), la zorra bicuriosa de química (sí, habéis oído bien, bicuriosa... ella sola podría ocuparme una entrada), el típico idiota integral de gimnasia que te suelta que puedes hacer lo que quieres si te lo propones (vamos, que si tengo un sueño, puedo llegar a hacer un triple mortal con carpado hacia delante) y el de mates. El de mates. Ese ente extra-terrestre venido del espacio para putearte capaz de llenar una pizarra en el tiempo que empiezas a llorar mientras contemplas tirarte por la ventana en una de sus clases.

Tengo gifs pa' to!

Y por eso es más efectivo pensar en sus muertes, porque, aunque lo neguéis, todos habéis llegado a ese punto de locura máxima en que tenéis la necesidad crítica de darle con un extintor a ese buen hombre dedicado a la divulgación de las ciencias y las letras (pero en mi instituto no hay extintores porque es muy cutre! Si te quemas, te jodes y lo apagas soplando). El mío llega siempre tras la época de exámenes, que termina más o menos un mes antes de las respectivas fiestas de ese trimestre. Yo ahí ya no tengo ganas ni de vivir, pero como da tiempo a dar más materia pues ellos aprovechan para meterte cuatro exámenes antes que te vayas de fiestas. Y claro, entras en lo que a mi me gusta llamar el "Fuck-you estate of mind". Os explico: es ese momento en que cualquier interacción con un profesor te va a llevar a mandarlo a la mierda. O sí, sabes de lo que estoy hablando, estoy hablando de... esto!:

"Aunque luego os va a entrar todo el libro en el examen y doscientos dossieres que colgaré en la web del instituto -esa que nadie conoce ni sabe usar- hoy no os voy a dar clase; me voy a dedicar a contaros chistes (caso verídico): ¿Cuál es el único animal con 3,14 ojos? El piojo! Lo se, os he matado!"

"¡Al final va a dar tiempo de poner otro examen antes de fiestas!"

"¡Uy! ¡Qué tonta! Se me había olvidado que para mañana tenéis que entregarme un trabajo que vale el 98% de la nota del trimestre. ¿Qué despiste verdad? Quién no me lo entregue, no pasa curso."

"Da igual si llevas sin dormir todo el año! De aquí a selectividad va a ser mucho peor. Mejor os voy preparando... Qué buena gente soy..."

"Tenías un 9 y pico en el examen, pero por faltas te voy a follar la mitad de la nota."

Y mi favorita: "Es que claro, yo intento poneros las cosas fáciles, pero si no hacéis nada..."

Y la gente me dice: "Domive! Es que se te ha ido la cabeza! No es normal que traces elaborados planes para terminar con sus vidas en tu tiempo libre!" o "Claro, si durmieras de vez en cuando!". Pero no soy yo! Son ellos! Su vida se basa en la creencia de que sin exámenes y deberes nuestra existencia no tiene sentido. Creen que estamos en casa mirando por la ventana mientras comemos helado y suena de fondo All By Myself, preguntándonos porque ese día no tenemos que estar estudiando hasta las cuatro de la mañana. Pero, he aquí la sorpresa del millón, queridos profesores: cuando nos ponéis faena, nuestra reacción no es esta:

Si no esta:

Y esta es más o menos mi relación de amor-odio hacia mis profesores. Bueno, más odio que amor. No, solo odio. No hay amor por ninguna parte. Ya hablar de cada uno tomaría su tiempo y, lamentablemente, el mío terminó hace cuatro horas cuando me quedé dormido con un examen de geografía europea para mañana. Pero es lo que tiene vivir al límite. Además, que lo de no dormir no se me nota tanto, luego esnifo cloroformo y como nuevo. Ea, pues os dejo hasta mañana, echarme mucho de menos, y no me agradezcáis el peazaco de entrada, el placer el mío. *Se va en plan chula pre-puberteril de serie americana con sus dos amigas más feas y más amorfas que ella haciendo un movimiento de cuello propio de delfines y moviendo el culo en plan Madonna en sus tiempos mozos*.

Nos vemos!